martes, diciembre 05, 2006

Libros: Multivac necesita prozac (Playa de acero)


Me he vuelto adicto a los futuros sombríos: De las rolas del Rockdrigo a las paranoias de Dick. Y en esta categoría se encuentran las obras de John Varley.

Si bien me acerqué a sus obras por el lado cyberpunk (Perdido en el banco de Memoria y Pulse Enter), me sorprendio el ver como abordaba la intrusión, y luego inclusión de un trotamundos en una colonia de ciegos. "La persistencia de la visión" es impactante y te logra meter en una colonia de gente que no ve.

Llegó el viaje a Hermosillo. Es un ritual personal el comprar y leer un libro en cada uno de mis viajes. A falta de nada mejor en al lista, me topé con una novela de John Varley llamada "Playa de acero".

Es una novela bastante larga (más de 700 páginas en su edición de bolsillo), pero que me ha estado rondando.

La historia se sitúa en la Luna, que sirve como refugio de la humanidad después de que fueron arrojados de la tierra por los invasores, donde la computadora central es tan avanzada que controla todos los aspectos de la supervivencia humana, además de servir de confesor a cada humano. Algo así como la Multivac de Asimov.

Pero esta computadora empieza a cometer errores, a tener descuidos que cuestan vidas. Resulta que está deprimida y con impulsos suicidas. Tampoco esta es la primera computadora con problemas psicológicos: HAL (de 2001) es un clásico.

Lo bueno en esta novela no es su originalidad (o falta de ella), sino el punto de vista desde el que está contado. La Computadora Central elige contarle sus problemas al protagonísta, quien ya trató de suicidarse anteriormente y cuya vida fue salvada por la CC: Hildy.

Es en la voz de Hildy que la realidad va cobrando forma. CUna sociedad donde los humanos solo trabajan por terapia, no por necesidad, donde el cambio de sexo es algo tan común como el cambio del peinado y donde las luchas cuerpo a cuerpo con cuchillos donde los combatientes son jirones, y el como la gente renuncia a la tecnología viviendo anacrónicamente de forma voluntaria. Todo esto, que se nos antoja irreal, es parte del mundo en el que se mueve Hildy, con sus propias broncas.

Hildy, adecuadamente, es un(a?) reportero curioso trabajando en un tabloide de chismes. Todo esto hace que tenga acceso a eventos que no cualquiera pódría asistir, tratar con gente dificil de contactar, que sepa cazar la información y que tenga un punto de vista bastante ácido sobre el mundo y su persona.

Pero es en la voz de Hildy donde vamos compartiendo la angustia de saber que la vida de todos los humanos en la Luna dependen de la operación de una Computadora Central con tendencias maniaco-depresivas. Como conoce a un "cuchillo-pugilista" que no apaga sus sensores de dolor, que busca el sentido de su vida arriesgandola. Como se crean dioses falsos, en una religión basada en la fama artística (Elvis es innegable, su Silvio aún me da vueltas). Como cambia de sexo a media trama, y como se escapa a vivir a un centro de entretenimiento que simula ser Texas en el viejo Oeste. Acabando en una base de investigaciones independiente del CC.

Primero empieza su periplo buscando ayudar a la CC, pero termina siendo un viaje personal que pasa por ser hombre, mujer, enamorada, despechada, embarazada, con problemas con su madre, cinica.

Es una novela dura, cruel que definitivamente no es una futurización de un cuento de hadas, sino el conocimiento de un hombre a través de un mundo dificil.

Me gustó bastante, y sirvió de contraste a los demás libros que alimentas mi dracofilia.

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