Imaginamos al futuro como una versión mejorada del presente. Han sido pocos los que han logrado divisar lo que vendrá en el futuro sin que sean solo sombras de lo que tenemos actualmente.
Pero regresemos a la época del vapor: Los trenes, los barcos, los cañones, los globos, todo parecía moverse por el vapor. ¿Como se veía el futuro en esa época, cuando la reina Victoria dominaba Inglaterra?
Entre los múltiples subgéneros de la ciencia ficción, existe uno llamado Steampunk. Deformación del cyberpunk, incluye avances tecnológicos en una época distinta, con un modo de pensar y actuar arcaico, disparado hacia adelante por los pistones de vapor.
No son más que ucronías: líneas temporales que no verán la luz, pero no por eso dejan de ser interesantes.
Esta revolución tecnológica del vapor se ha llevado a los medios desde películas como "Wild, wild west" con Will Smith. Pero en la animación japonesa, es Katsujiro Otomo quien nos lleva su visión de un mundo dominado por la tecnología: el vapor, con su muy peculiar punto de vista.
Otomo es una leyenda del manga japonés, y se ganó su lugar en la animación.
Akira, de 1988, es su obra maestra. La trama es compleja y post apocalíptica, pero lo más notable es la calidad en la animación.
Después ha seguido con animaciones basadas en sus historietas:
Roujin Z, donde habla del trato que se le da a los ancianos,
MEMORIES, donde logra mostrarnos una "isla" en el espacio mantenida a base de recuerdos, equiparable visualmente al 2001 de Kubrick, nos habla de un hombre que es un arma biológica, y sobre como toda una sociedad puede vivir en espera de una guerra que nunca ha de llegar.
METROPOLIS, es un homenaje post mortem, realizando una obra de Ozamu Tezuka, creador de Astroboy, Kimba y otros.
Después de varios años de ausencia, regresa con un largometraje steampunk: Steamboy.
Está ubicada en la Inglaterra del siglo diecinueve, al poco tiempo de la primera feria mundial.
Ray es el hijo de una familia de inventores, quien se ve envuelto en una lucha entre su padre y su abuelo sobre el uso de su último invento. Una bola de vapor con capacidad de resistir presiones altísimas y genera una gran energía.
Antes de darse cuenta, tanto el bando privado (donde queda trabajando el padre de Ray, con es rostro deformado por un accidente) como la corona británica (ayudada por los estadounidense) se encuentran luchando por la bola de vapor, para usarla en sus propios arsenales.
El mensaje es simple: la tecnología debe poder traer felicidad a la humanidad y no debe ser usada en contra de ella.
Los personajes son simples y monótonos: o son buenos o son malos. O tienen razón o están locos. Y el único personaje realmente humano viene siendo Ray. El científico que descubre su error es el Abuelo. El padre es el científico obsesionado con su obra. El científico de la competencia acaba siendo igual de malo que el padre de Ray.
Los nombres de los personajes se toman de lugares comunes: Scalett O'Hara es la hija rica del dueño de la empresa que patrocina el Steam Castle. Y el científico al servicio de su majestad es Robert Stevenson.
Con todos estos detalles, la trama se va desarrollando a buen ritmo, con escenas de acción muy bien animadas. Ese es el detalle que hace a la película una experiencia memorable: la calidad en la animación, los detalles en lo creado, el movimiento de la cámara.
Bien vale la pena ver esta película, así como todo lo que ha hecho y supervisado Otomo. Si hay algo que reprocharle es que la trama no es tan sólida y envolvente como en Akira, y que a ratos se parece mucho a Star Wars, con el abuelo como Obi Wan Kenobi, el padre seducido por el lado oscuro (la tecnología), donde el seguir sus obsesiones le cuesta su humanidad (aquí solo usa una placa de metal cubriendo un ojo y parte del cráneo, pero tiene el mismo efecto que el casco de Lord Vader) el que trata de convencer a su hijo, atrapado entre las dos fuerzas: "Luke, digo Ray, Únete al lado oscuro".
No se porque reniego tanto, si acabaré babeando cada vez que la vuelva a ver.
Es una obra de arte. Es de Otomo: No se puede esperar menos.
Pero regresemos a la época del vapor: Los trenes, los barcos, los cañones, los globos, todo parecía moverse por el vapor. ¿Como se veía el futuro en esa época, cuando la reina Victoria dominaba Inglaterra?
Entre los múltiples subgéneros de la ciencia ficción, existe uno llamado Steampunk. Deformación del cyberpunk, incluye avances tecnológicos en una época distinta, con un modo de pensar y actuar arcaico, disparado hacia adelante por los pistones de vapor.
No son más que ucronías: líneas temporales que no verán la luz, pero no por eso dejan de ser interesantes.
Esta revolución tecnológica del vapor se ha llevado a los medios desde películas como "Wild, wild west" con Will Smith. Pero en la animación japonesa, es Katsujiro Otomo quien nos lleva su visión de un mundo dominado por la tecnología: el vapor, con su muy peculiar punto de vista.
Otomo es una leyenda del manga japonés, y se ganó su lugar en la animación.
Akira, de 1988, es su obra maestra. La trama es compleja y post apocalíptica, pero lo más notable es la calidad en la animación.
Después ha seguido con animaciones basadas en sus historietas:
Roujin Z, donde habla del trato que se le da a los ancianos,
MEMORIES, donde logra mostrarnos una "isla" en el espacio mantenida a base de recuerdos, equiparable visualmente al 2001 de Kubrick, nos habla de un hombre que es un arma biológica, y sobre como toda una sociedad puede vivir en espera de una guerra que nunca ha de llegar.
METROPOLIS, es un homenaje post mortem, realizando una obra de Ozamu Tezuka, creador de Astroboy, Kimba y otros.
Después de varios años de ausencia, regresa con un largometraje steampunk: Steamboy.
Está ubicada en la Inglaterra del siglo diecinueve, al poco tiempo de la primera feria mundial.
Ray es el hijo de una familia de inventores, quien se ve envuelto en una lucha entre su padre y su abuelo sobre el uso de su último invento. Una bola de vapor con capacidad de resistir presiones altísimas y genera una gran energía.
Antes de darse cuenta, tanto el bando privado (donde queda trabajando el padre de Ray, con es rostro deformado por un accidente) como la corona británica (ayudada por los estadounidense) se encuentran luchando por la bola de vapor, para usarla en sus propios arsenales.
El mensaje es simple: la tecnología debe poder traer felicidad a la humanidad y no debe ser usada en contra de ella.
Los personajes son simples y monótonos: o son buenos o son malos. O tienen razón o están locos. Y el único personaje realmente humano viene siendo Ray. El científico que descubre su error es el Abuelo. El padre es el científico obsesionado con su obra. El científico de la competencia acaba siendo igual de malo que el padre de Ray.
Los nombres de los personajes se toman de lugares comunes: Scalett O'Hara es la hija rica del dueño de la empresa que patrocina el Steam Castle. Y el científico al servicio de su majestad es Robert Stevenson.
Con todos estos detalles, la trama se va desarrollando a buen ritmo, con escenas de acción muy bien animadas. Ese es el detalle que hace a la película una experiencia memorable: la calidad en la animación, los detalles en lo creado, el movimiento de la cámara.
Bien vale la pena ver esta película, así como todo lo que ha hecho y supervisado Otomo. Si hay algo que reprocharle es que la trama no es tan sólida y envolvente como en Akira, y que a ratos se parece mucho a Star Wars, con el abuelo como Obi Wan Kenobi, el padre seducido por el lado oscuro (la tecnología), donde el seguir sus obsesiones le cuesta su humanidad (aquí solo usa una placa de metal cubriendo un ojo y parte del cráneo, pero tiene el mismo efecto que el casco de Lord Vader) el que trata de convencer a su hijo, atrapado entre las dos fuerzas: "Luke, digo Ray, Únete al lado oscuro".
No se porque reniego tanto, si acabaré babeando cada vez que la vuelva a ver.
Es una obra de arte. Es de Otomo: No se puede esperar menos.
Ray y la "steam ball"
Scarlett, Ray y el doctor Eddie Steam
Título: Steamboy
Año: 2004
País de origen: Japón
Escritor/Director: Katsujiro Otomo
Año: 2004
País de origen: Japón
Escritor/Director: Katsujiro Otomo
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